Desarrollar hábitos para la salud cerebral, fortalecer los músculos y anti-envejecimiento en la vida diaria
Actualizado: 7 mar 2024

Aunque el "envejecer" es irreversible, el "declive" no es necesariamente inevitable. Podemos ralentizar el ritmo del "declive" a través de buenos hábitos de vida, como la dieta, el ejercicio, el sueño y el aprendizaje de cosas nuevas. Sin embargo, el "envejecer" nos recuerda que la vida es finita y frágil. Vivir de manera saludable es la esperanza de todos, por lo que debemos aprovechar el momento y valorarnos mutuamente.
Envejecimiento lento:
El llamado "envejecimiento lento" no significa vivir más tiempo o extender el período de la vejez, sino prolongar una mediana edad saludable. El objetivo es tener una mediana edad lo más larga posible y una vejez lo más corta posible, para mejorar la calidad de vida en la última década de la vida.
Ansiedad por la edad
A medida que envejecemos, gradualmente nos damos cuenta de que nuestros movimientos se vuelven menos ágiles, nuestra visión y audición comienzan a declinar, la fatiga se hace más difícil de superar y nuestro metabolismo se ralentiza. Hay una pérdida excesiva de energía innecesaria que no podemos reponer.
El lamento por el envejecimiento y el pánico sobre el futuro desencadenan una dependencia inconsciente; nos volvemos reacios a estar activos, respondemos negativamente y dependemos excesivamente de los miembros de la familia, permitiendo que nuestras habilidades personales disminuyan. La búsqueda de intereses, la curiosidad y la cognición ya no están presentes, y el desarrollo activo de nuestro mundo interior y las relaciones externas se pone en pausa. Nuestros pensamientos y recuerdos comienzan a alejarse de una mentalidad enriquecida con significado, valor y responsabilidad, y un leve descuido de nuestro entorno vital se convierte gradualmente en la causa raíz de la demencia.
Amigos y familiares a menudo racionalizan los síntomas de (pseudo)demencia del individuo basándose en la edad,
Eventualmente, el tiempo se convierte en el factor decisivo para determinar tu demencia.
Se necesita un enfoque proactivo para revertir este proceso patológico negativo e irreversible:
1. Los cambios físicos son, de hecho, una parte natural del envejecimiento, pero la clave es reconocer que la demencia no es un resultado inevitable del envejecimiento. Si bien es cierto que algunas funciones corporales pueden disminuir con la edad, esto no necesariamente conduce a una pérdida de la función cognitiva o una dependencia excesiva de otros.
2. Difundir el miedo y las emociones negativas sobre el envejecimiento puede llevar a una profecía autocumplida, provocando que los individuos se retraigan y se vuelvan pasivos. Aunque la falta de compromiso social puede afectar la función cognitiva, no es la única causa de la demencia.
3. Atribuir de manera simplista el declive cognitivo a la vejez no es completo; tal perspectiva pasa por alto las diversas causas potenciales de la demencia.
4. Buscar activamente una evaluación profesional es crucial, ya que ayuda a comprender con precisión la condición de un individuo y obtener el apoyo adecuado, en lugar de depender únicamente de la edad como factor determinante.
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